inesperadamente, hace un par de semanas, dios me llamo por primera vez en mas tiempo del que puedo recordar. admito con cierta culpa que cuando lo encontraba por los pasillos del colegio, únicamente me remitía a contestar su cordial saludo matutino sin detenerme en realidad a charlar sobre trivialidades como hacen muchos con bastante facilidad. la razon de mi constante alejamiento no la podria explicar con claridad sin embargo, hasta ese fatidico dia, pude entender que dios tiene mas de una manera para llamar tu atencion cuando tus pensamientos se encuentran en otra direccion. ese dia, en vez de ignorarme y continuar con su camino como era previsto, me detuvo por el hombro con sutileza y en voz baja para que nadie mas pudiera escuchar nuestra conversacion, me comento de cierto juego del que yo y muchos mas somos vicitmas. mas intrigado de lo que pudiera imaginar, deje que me guiara hacia lo que yo crei seria un salon desocupado sin preocuparme en realidad por las responsabilidades que no cumpliria ese dia. quizas habia algo mas importante.
en ese momento no podia notar lo que sucedia al rededor, ya no podia oir las platicas incesantes de los demas estudiantes, los profesores impartiendo su clase con voz monotona o aquella persona que me prevenia de lo inevitable. tenia un ligero sentimiento de irrealidad, casi como si todos los demas estuvieran presentes en otra dimension donde no existian. minutos despues, al salir de mi ensimismamiento, fui capaz de reconocer el verdadero lugar donde nuestra conversacion sucederia. el extremo mas alejado de la azotea. no entendi completamente como fue que llegamos hasta aqui ya que las unicas escaleras que conducen a esta parte del edificio no se encuentran disponibles para los estudiantes, pero me imagine que quizas dios tenia suficientes razones para traerme a tan sospechosa ubicacion.
decidi no mostrar inseguridad y tome asiento a su lado a pocos centimetros del borde mientras sentia la brisa vespertina empezar a apaciguar mis inquietudes. por varios minutos un silencio abismal se hizo presente, pareciamos simplemente dos buenos amigos observando lo hermoso del paisaje en una tarde de verano, pero...fue en ese momento en el que entendi que lo que queria compartir conmigo ese dia no podia ser a traves de palabras. durante algunas horas, descifrando los colores del atardecer, escuchando a las aves cantar y olvidando por un instante lo que mi vida significaba para mi...por fin comprendi la inmensidad del tiempo. debo admitir que a mi corta edad, crei que ya sabia a la perfeccion el futuro, crei que las injusticias que me habian sucedido no tendrian final, crei que conocia todas las respuestas. crei que nadie entendia aquel sentimiento. ese dia por fin pude cuestionar mi tan limiitada sabiduria. aquellos arboles que adornaban pacificamente el jardin habian existido durante mas años que yo, quizas podrian explicarme pasado y presente. aquel cielo que diariamente consideraba un hecho quizas desearia hablar conmigo sobre el por que de una eternidad que yo no conocia.
en ese momento entendi que, a pesar de considerarme una persona madura y responsable, tan solo era un niño jugando a ver el unico futuro que nos han enseñado. tal y como todos los demas.
cuando quise preguntar a dios sobre mi reciente teoria, note que ya no estaba a mi lado. quizas mañana lo encuentre de nuevo, y si es asi...me asegurare de saludarlo.